lunes, 17 de octubre de 2011

HISTORIA DE CALICASAS

¿Cómo se llamó Calicasas en otros tiempos?

El hombre, desde que puso sus pies sobre la tierra, ha considerado como una aspiración legítima la búsqueda de sus señas de identidad removiendo cualquier obstáculo que se opusiera a tan loable fin. Es una meta espiritual que le va acuciando conforme aumenta su edad y se convierte en una inviolable fuerza de atracción hacia su tierra y todo aquello que le vio nacer como su fuera una obligación irrenunciable y reivindicadora de la que no puedes escapar. Es el tributo con el que saldamos nuestra cuenta con la naturaleza que exige la devolución de algo que nos había prestado eventualmente.

Los pueblos han sentido a lo largo de la historia la misma necesidad de reclamar su existencia e indagar cuál fue su origen y porqué han llegado al momento contemporáneo. Es una tarea ímproba y arbitraría al no estar sujeta a unas reglas determinadas que avalen su autenticidad ni se somete al pragmatismo de lo explorado.

En Calicasas hay indicios, menores comparativamente con otros parajes, del paso de las distintas civilizaciones y aunque solo sea invocando el criterio de la proximidad geográfica no sería presuntuoso deducir que algunos de los visitantes que, o bien atravesaron o se instalaron en la vieja península Ibérica, dejaron su huella indeleble en nuestra tierra.

Así durante la época romana el nombre de Calicatro encontrado en una lápida junto a otros nombres de municipios cercanos le identifica con el de Calicasas. En el periodo de ocupación árabe encontramos el nombre de Quarynat-Al-Qannar junto al topómino Galiqayay que en árabe significa “Casas del gallo”. Tras la expulsión de los moriscos y la conquista de Granada es cuando se le denominó como Cal y Casas haciendo referencia a las numerosas caleras que existían en su jurisdicción.

Finalmente con ésta observación quiero hacer patente la necesidad vital que siente el ser humano por atestiguar su estancia en éste mundo y rendir un acto de homenaje y reconocimento a sus antepasados aceptando todas sus particularidades históricas.

Pensemos que ello contribuye a recuperar su memoria y potenciar nuestros lazos de unión y sentimientos solidarios con nuestro destino.

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